Por Carlos García Moreno
Sin
duda, los 30 millones de dólares recaudados en EE.UU. (sin contar lo que sume
en México); el reparto que incluye al mismo Eugenio Derbez, Karla Souza,
Alessandra Rosaldo, y al conocido
comediante, Sammy Pérez, entre
otros; y la publicidad que le han hecho los medios de comunicación junto con la
enorme campaña viral; son elementos que de alguna manera obligan a pagar una
entrada para ver una película de este tipo.
La
trama es simple: la historia narra la vida de Valentín, un mujeriego residente
de Acapulco, en el que un día sorpresivamente tiene que hacerse cargo de su
pequeña hija a la que no conocía, esto por una aventura ocasional. Cuando
decide devolver a su hija con su madre a Los Angeles, los momentos de vivir con
la niña lo hacen cambiar de parecer para quedarse con ella.
Una
de las preguntas con mayor frecuencia que giran alrededor de esta cinta, es si
la cuantiosa recepción que ha tenido en taquilla se refleja también en el
contenido de la misma. Es cierto que la película cuenta con valores de
producción; gags bien realizados; humor blanco (algo raro en las películas
mexicanas); y actuaciones hasta cierto punto “creíbles”, teniendo mucha química
entre los intérpretes de papá/hija, esto sin contar que Eugenio Derbez, por más que quiera actuar serio, con tan sólo ver
su cara ya es un poco risible. Como dato curioso, cabe mencionar el corto papel
de Alessandra Rosaldo (ya me dirán
ustedes si miento), sin olvidar también al resto del elenco, Daniel Raymont y Jessica Lindsey, así como al mismísimo ‘Sammy’, quien llega a darle toques de humor a la trama debido a su
peculiar personalidad.
Pero
volviendo al tema… ¿Qué tiene de especial para que haya generado tanto éxito en
Norteamérica, si el humor mexicano no tiende a gustar en los gringos?
Recordemos que éxito no es igual a calidad. Como respuesta hay que aclarar dos
cosas:
1.
La gran cantidad de mexicanos que viven en el extranjero, y la “colonización”
que se ha hecho en el sur de Estados Unidos por parte de los demás países que
conforman América Latina.
2.
La fórmula, el reconocimiento y la fuerza mediática que posee Eugenio Derbez para atraer en la
comedia.
Esto
porque, en realidad, la película contiene diversas fallas en las que una vez
más se encuentra el guion, el cual, es excesivamente artificioso hasta llegar a un punto de caer en lo meloso.
Además, no se está tomando en cuenta las reiteradas ocasiones que se han hecho
historias muy parecidas (y mejores) contando la relación padre-hijo(a), entre
las que podemos encontrar a Kramer vs.
Kramer (1979), La Vida es Bella
(1997), I Am Sam (2001) o The Pursuit of Happyness (2006); incluso
hasta otras no muy logradas por mencionar, como la protagonizada por su amigo Adam Sandler, Big Daddy (1999).
Finalmente,
la ópera prima de Eugenio Derbez no
es la gran revelación del año, ni tampoco algo que vaya a trascender como lo
venían diciendo los medios, pero lo que sí es que al menos cumple en su
prometido: hacer una historia entretenida, para el público en general, con buen
humor, y para pasar un rato agradable… no más.
De
ahí podríamos decir que, aun tomando en cuenta la larga trayectoria en
televisión del comediante mexicano, estamos ante una persona que ha sabido
abrirse paso en la tan complicada industria estadounidense y que apenas
comienza dentro del ámbito cinematográfico, teniendo mucho por aprender en una
carrera (sí, carrera) por delante que, esperemos, se le presente en Hollywood a
partir de esta película.
No
obstante que para ser una primera vez, por supuesto que no está nada mal. Y
sinceramente ¿hay alguien que no le guste Eugenio
Derbez?...
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Título original: Intructions Not Included
Director: Eugenio Derbez
Actores: Eugenio Derbez, Karla Souza, Jessica Lindsey, Sammy Pérez
Guion: Guillermo Ríos, Leticia López Mergalli, Eugenio Derbez
Fotografía: Martín Boege, Andrés León Becker
Música: Carlo Siliotto
Género: Comedia, Drama
Año: 2013
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