Por Carlos García Moreno
A
599 kilómetros de la Tierra, no hay nada que transporte el sonido. No hay
presión del aire, no hay oxígeno; la vida en el espacio es imposible. Así es
como comienza Gravedad, la historia
de 2 astronautas –Ryan Stone y Matt Kowalski– que tratan de sobrevivir tras
haber quedado a la deriva, después de un accidente en el espacio ocasionado por
la destrucción de un satélite.
Sin
duda, la nueva entrega de Alfonso Cuarón
será uno de los filmes que tendrá mucho de qué hablar por el resto del año,
incluso en el próximo debido a las premiaciones que realizan las instituciones
dedicadas al séptimo arte. He de mencionar que el cineasta mexicano, no solo es
uno de los referentes nacionales dentro del ámbito cinematográfico, sino que
también es uno de los mejores directores a nivel internacional que hay en la
actualidad, pues lo ha demostrado desde su ópera prima Sólo Con Tu Pareja (1991) hasta Children
of Men (2006), pasando por películas como A Little Princess (1995), Y
Tu Mamá También (2001) y Harry Potter
& El Prisionero de Azkaban (2004).
Para
Gravedad, no será ningún problema
acoplarse a la filmografía del director, pues con el simple hecho de realizar
una historia que pareciera “fue grabada en el espacio exterior”, ya era
suficiente para ubicarse dentro de lo mejor del año, puesto que aún no existía
la tecnología para grabar una película virtualmente de este calibre. Es decir,
no es lo mismo que Apollo 13 (1995),
la cual, la trama se desarrolla dentro de la nave espacial.
Una
vez más, Alfonso Cuarón nos deleita
con un filme excepcional, capaz de innovar al proyectar la sensación de
gravedad cero –en primera y tercera persona– mediante planos secuencia
perfectos. Los planos secuencia es una técnica de filmación que se utiliza para
realizar una escena de duración prolongada, con una sola toma y sin cortes.
Esto se realiza con plataformas movibles o una Steadicam (cámara estable), lo que
permite mover la cámara con suavidad y darle seguimiento a la situación que se
graba, para observar los elementos que componen una escena y generar efectos
diferentes. Al mismo tiempo, resulta muy complicada esta tarea debido a que es
un ejercicio de coordinación exacto entre la iluminación, cámaras y actores;
pero también se puede hacer con la unión de varias escenas planificadas, a
través de la edición digital.
En Gravedad no sucede de diferente manera
con la única y gran excepción: la historia se sitúa en el espacio exterior. Sin
embargo, la nueva tecnología desarrollada a partir de esta película
–combinación de robots y lámparas LED– resultan hacer posible la filmación,
producto de la impresionante fotografía espacial que logra capturar el mexicano
Emmanuel Lubezki y la impecable
dirección de Cuarón. Tan sólo
imagínense: ¡el primer plano secuencia dura aproximadamente 15 minutos!
Conforme
al reparto, George Clooney lo hace
bastante bien a pesar de ser un actor con cierta limitación, y Sandra Bullock nos deja con una de las
mejores interpretaciones de toda su carrera, transmitiéndonos la soledad y
ansiedad que sufre el personaje. Como dato curioso, Ed Harris hace la voz del encargado de controlar la misión desde la
Tierra, quien anteriormente entregó una gran actuación del mismo papel en Apollo 13 (1995).
Por
otra parte, la producción es de primera calidad: tanto la música y sonido, así
como efectos especiales, son piezas clave para el disfrute de la película; y en
cuanto al 3D, se nota que no fue grabada en este formato, pero está dentro de
lo aceptable. Respecto al guion, existen 10 minutos a la mitad de la película
que se sienten un poco de sobra (de los 92 que tiene como duración), pero de
ahí en fuera, es uno de los mayores aciertos que conforman a Gravedad.
Finalmente,
la nueva película de Alfonso Cuarón
es una de las apuestas más arriesgadas que se han realizado, teniendo un
profundo aspecto filosófico y existencial que no puede pasar desapercibido. Gravedad expone una dura historia de
supervivencia espacial, que abarca nuestros propios miedos desde la delgada
línea entre vida y muerte. Estamos ante una película en la que su ejecución
visual era imposible de filmar, pero el cineasta supo cómo asumir el reto, y
eso, es para ponerse de pie.
Cabe
mencionar que este año, dos de los directores mexicanos más destacados dentro
del ámbito cinematográfico, Guillermo
del Toro y Alfonso Cuarón,
realizaron películas innovadoras y de gran calidad que seguro estarán dentro
del Top 10. Ahora, solamente nos quedará esperar y preguntarnos: ¿Qué nos
traerá Alejandro González Iñárritu
en el 2014?...
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