Por Esmeralda López
Ladrona
de Libros es la adaptación cinematográfica de la obra literaria del
mismo nombre escrita por Markus Zusak,
la cual, su historia principal se centra en Liesel Meminger: una niña de 9 años
que, tras el abandono de sus padres, es dada en adopción a un matrimonio alemán
–Hans y Rosa Hubermann– durante la Segunda Guerra Mundial. Asimismo, Liesel se ve
involucrada en el mundo de la literatura como curiosidad y medio de refugio
ante los catastróficos y turbulentos tiempos de guerra. Es así como una niña
soñadora y entusiasta cada día irá moldeándose y creciendo conforme las nuevas
experiencias obtenidas en sus lecturas, al tiempo que cambiará completamente la
vida de las personas que la rodean.
En Ladrona de Libros, una de las cosas que despierta el interés es que,
la visión que se tiene sobre el Holocausto, no es igual a las historias que se
han visto con anterioridad acerca de la Segunda Guerra Mundial. Esto es, nos
encontramos con un pueblo alemán que, en cierta manera, vive pacíficamente, pero
que no se solidariza con ninguno de los ideales pretendidos por Adolf Hitler y el nazismo: la forma de actuar
y el comportamiento que tiene la sociedad sólo se vuelve únicamente por miedo al
Führer, más no por patriotismo al régimen autoritario.
A esto se suma la crudeza
con que se relatan los hechos desafortunados que le suceden a Liesel desde un
inicio, pues la narración corre a cargo de un importante testigo de la
complejidad humana del que se tenía mucha expectativa: la Muerte. No obstante, conforme avanza la cinta, lamentablemente vemos como el personaje va perdiendo peso y protagonismo
en ciertas situaciones, a pesar de ser una pieza fundamental de la novela; algo en lo que los
guionistas pudieron haberse esforzado por mantener y explotar esa profundidad,
en lugar de preocuparse más por alargar escenas que sólo provocan caída del ritmo narrativo.
En el reparto, Sophie Nélisse interpreta a Liesel de
manera perfecta, reflejando la inocencia del personaje desde sus ojos, sus
ademanes, así como también su manera de expresarse. Nico Liersch interpreta a Rudy Steiner, quien se hace presente con
su carismática y amistosa personalidad. Por otro lado, tenemos Geoffrey Rush a quien, desde un
principio, le tomamos cariño con su personaje Hans Hubermann por mostrarse
exactamente como un padre comprensivo y amoroso, que sólo desea el bien para su
hija. Además, se encuentra Emily Watson
(Rosa Hubermann), cuya interpretación es muy asemejada a cómo se describe su
personaje en el libro, incluso su acento alemán es un mérito que debe llevarse
las palmas de los espectadores.
Sin embargo, el personaje de
Max Vanderbug – interpretado por Ben
Schnetzer– se hizo de extrañar, pues, aunque el actor sí funciona dentro de
su papel, el guion se limita y provoca que la conexión que tiene con el
personaje de Liesel sea débil y no se sienta creíble, motivo por el cual no
existen suficientes razones para que Liesel le tome bastante cariño a Max, en
comparación con el texto original.
Otro de los puntos más
importantes de la historia es la cercanía que tiene Liesel con los libros, y
cómo se las arregla para conseguirlos en una época donde la mayoría de las
lecturas eran incineradas por ser consideradas “prohibidas” (de ahí es donde nace la referencia al
título de la obra). Estas secuencias nos hacen querer adentrarnos en el mundo
de la lectura ya que, al igual que la protagonista, es un claro mensaje
subliminal de escapatoria y protesta contra el orden que rige el sistema
educativo/burocrático –en este caso el nazismo–, y que se puede llegar a
aprender más en un texto de culto, que en uno de carácter institucional; algo
que en nuestros días es común de verse.
Por otra parte, el método
utilizado en el guion para el paso del tiempo es de resaltarse, puesto que en
lugar de decirnos cuánto ha pasado desde su comienzo, esto lo vemos reflejado en la longitud del
cabello de Liesel, haciendo sentir al espectador que sí, efectivamente, el
tiempo transcurre.
En lo que se refiere a las
cuestiones técnicas, la producción resulta impecable: desde una estupenda
fotografía ambientada en un frío y aislado pueblo de Alemania, hasta la armoniosa
música de piano compuesta por John
Williams.
Al final, pese a que Ladrona de Libros tiene altos y bajos, omite
algunas escenas y olvida darle la importancia merecida a algunos personajes,
sigue siendo una interesante adaptación del best
seller que, con sus pequeños detalles, logra mantener su fidelidad y salir
adelante, ganándose un lugar para los fans y el público en general, dentro de
las múltiples traslaciones de diversas obras que se hacen hoy en día…
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Título original: The Book Thief
Director: Brian Percival
Actores: Sophie Nélisse, Geoffrey
Rush, Emily Watson, Nico Liersch
Guion: Michael Petroni,
Markus Zusak
Fotografía: Florian Ballhaus
Música: John Williams
Género: Drama, Guerra
Año: 2013
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