Por Carlos García Moreno
De
entrada, la trama del filme se centra en un agente del FBI y una detective de Interpol que dan seguimiento al caso de un grupo de ilusionistas que se hacen llamar “Los
Cuatro Jinetes”, los cuales, se caracterizan por hacer atracos bancarios
durante sus presentaciones y asimismo recompensar a sus audiencias con el
dinero obtenido.
Ahora bien, debemos tomar en cuenta que el director de Los Ilusionistas, Louis
Leterrier, no es un cineasta verdaderamente prolífico como para ponernos
muy exigentes, pues de sus cinco filmes hasta la fecha sólo han logrado
sobresalir dos: la cinta de acción protagonizada por Jet Li, Danny The Dog (2005);
y el reboot del personaje de Marvel interpretado por Edward Norton, The Incredible
Hulk (2008). De ahí en fuera, no hay nada destacable que se pueda decir
acerca de Transporter 2 (2005); ni
del remake del clásico de 1981, Clash of
the Titans (2010).
Por
otro lado, Louis Leterrier tampoco
tiene el mismo efecto que otros directores como para deleitarnos con un filme
de magia, pues de ejemplo tenemos a Christopher
Nolan y su elogiada entrega The
Prestige (2006), en la que si hay un propósito final mejor realizado, y
sobretodo suficiente argumento justificado.
Una
vez dicho esto y cambiando un poco la dinámica, de Los Ilusionistas sólo resta decir sus logros y sus fallas.
- El
atractivo reparto que incluye a Morgan
Freeman, Michael Caine, y
las buenas interpretaciones de Mark Ruffalo como el agente del FBI, y
de Woody Harrelson como “El
Mentalista”.
- La
historia; entretenida e interesante.
- Las
secuencias de acción.
- El
humor involuntario.
- Los
actos de magia.
- La
revelación del acto final en ningún momento se siente cerca de adivinar.
- Hay
secuencias cortas que necesitaban mayor explicación, y otras largas que no la
necesitaban.
- El
motivo del último acto de magia se siente un poco inverosímil.
- Jesse Eisenberg y
su reinterpretación con aires de Mark
Zuckerberg en Red Social (2010).
No lo hace tan mal, pero díganme si acaso no tengo razón.
- La
inestabilidad constante de la cámara; el uso exagerado de la ‘Steadicam’, y los
planos secuencia marean un poco.
- El
guion; la historia se vuelve confusa en determinadas partes, dejan algunos
cabos sueltos, y necesita mayor claridad en lo que quiere contar.
En
conclusión, la película de Los
Ilusionistas queda simplemente como un buen blockbuster de verano que
entretiene bien, pero como lo mencioné anteriormente, de ninguna manera
alcanzará lo que hizo Christopher Nolan
hace algunos años. De ahí, sólo queda pasar un rato agradable de una entrega
que, como todo acto de magia, se verá si al final queda en el recuerdo de cada
uno, o simplemente, se olvida…
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