Por Carlos García Moreno
En
un principio, cuando me enteré que Zack
Snyder sería el director de esta entrega, no me agradó mucho la noticia que
digamos, y no porque fuera un mal director, pues ha realizado muy buenas
películas tales como Dawn of the Dead
(2004), 300 (2006) y Watchmen (2009), sobretodo esta última.
En realidad, más que nada el problema era que sus dos últimos filmes después de
éstos fueron bastante mediocres. Sin embargo, no me preocupe tanto porque sabía
que Christopher Nolan estaría detrás
de esta película como productor y guionista, motivo por el cual ya daba por hecho que lo que veríamos sería
algo de gran calidad, pues sus entregas de Batman son más que una buena
referencia.
Cambiando
de tema, aunque Superman (1978) y su
respectiva secuela –ambas dirigidas por Richard
Donner y protagonizadas por Christopher
Reeve– son en cierto grado buenas, el intento fallido de Bryan Singer hace algunos años con
Superman Returns (2006) hizo de éste
héroe un fracaso; por lo que hacía mucho tiempo que no se veía algo bueno del
último hijo de Krypton. A todo esto, no significa que necesariamente se tenía
que recurrir a las primeras para hacer algo bien, pues no funcionaría debido a
que no dejan de ser un tanto 'light' para nuestra época. El cine ha
evolucionado y el género también, el Batman de Nolan dejó la casta muy en alto y, por lo tanto, era necesario
contar otra historia de diferente manera, que no fuera la misma que hizo del
Caballero de Ciudad Gótica una leyenda real. Es por eso que ahora, en esta nueva
adaptación del kryptoniano, el guion se basa más en los ideales de una
personificación bíblica, por decir así.
¿A qué me refiero? La
trama comienza en plena guerra interna de Krypton, en donde Jor-El envía a su
único hijo a la Tierra para evitar que muera, ya que éste es perseguido a causa
de nacer mediante parto natural, el primero desde hace muchos años en el
planeta. Adoptado por Martha y Jonathan Kent a partir de su llegada, a los 33
años (misma que Jesús al momento de
su crucifixión) Clark Kent tratará de descubrir quién es y por qué, no sólo
para proteger a las personas que quiere, sino también para representar una
esperanza para el mundo. Pero todo se complica cuando la Tierra es invadida por
miembros de su planeta de origen, los cuales, amenazan con matar a personas si Kal-El no aparece ante ellos, por lo que éste decide entregarse por cuenta propia (forma parecida a la
de Jesús cuando se entrega a los
romanos).
Como podrán notar, la historia de Superman –tanto en el cómic como en El Hombre de Acero– contiene muchas referencias a la vida de la figura central del cristianismo: el padre manda a su único hijo a
la Tierra para que se convierta en el puente entre dos mundos y, asimismo, a
través de la enseñanza de su padre extraterrestre así como las aprendidas con
sus padres adoptivos, descubra la razón por la que fue enviado y tome las
decisiones que ayudarán y servirán de esperanza para la salvación de todos los
seres humanos y el resto de la vida. Esta es la razón por la cual, la nueva
adaptación de El Hombre de Acero nos
parece más cercana a lo que se idealiza hoy en día: las repetidas ocasiones en
que Jor-El menciona que su hijo "será un Dios para los humanos", y la
escena en el espacio donde le remarca a Superman "Tú puedes salvarlos a
todos", abriendo este último los brazos en contraposición al Sol formando
una cruz; son algunas de las referencias mesiánicas más claras que podemos
encontrar. No obstante que la película también se siente terrenal debido a la
seriedad utilizada para tratar temas más convencionales como la integridad
humana, la moral, el rechazo social y los cuestionamientos de la vida.
En
consecuencia de lo mencionado, a 75 años de la aparición del primero y más representativo ícono
de DC, el resurgimiento del héroe de Metrópolis que Zack Snyder y Christopher Nolan realizaron, no solamente nos deja con la mejor película del kryptoniano que hay hasta la fecha, sino que también resulta anticipadamente una de las mejores entregas del año, siendo la
que el personaje merecía al igual que Batman con la trilogía de El Caballero de la Noche (2005, 2008, 2012).
Que más les puedo decir: ¡Esta es la película de Superman que siempre quise
ver!
A
diferencia de la mayoría de las adaptaciones de superhéroes en el cine
–exceptuando a algunos como The Punisher
(2004), Watchmen (2009), X-Men: First Class (2011), The Amazing Spiderman (2012) y el Batman de Nolan– en El Hombre de Acero todas las acciones del guion están justificadas,
es decir, la historia nos da suficientes motivos para que Kal-El se convierta
en el ideal que es. Los Vengadores podrán
ser todo lo que quieran (y de hecho me gustan) pero la diferencia que tienen es
que la forma en que “justifican” sus medios para ser héroes simplemente salen
de la nada.
Por
otra lado, ¿alguna vez vieron a Superman pelear con todo su poder? No esperen más que aquí lo veremos, la ejecución visual de sus escenas de violencia y destrucción son espectaculares.
Conforme a las cuestiones técnicas, la producción está muy cuidada: la fotografía, los efectos especiales y el diseño de la tecnología extraterrestre como también el nuevo traje de Superman, son excelentes. Y respecto a la música, el profundo y monumental score creado por Hans Zimmer hace olvidar completamente al tema de John Williams.
En cuanto al reparto, las interpretaciones de Russell
Crowe, Michael Shannon, Amy Adams, Antje Traue, Diane Lane y
Kevin Costner son bien logradas adecuándose
correctamente a la historia y, a decir del protagonista, cabe destacar que Henry Cavill hace una gran actuación al
agregarle humanidad al personaje, además que tiene el porte y te hace creer
que es Superman. ¿Quién diría que aquél chico que interpretó a Albert Mondego
en The Count of Montecristo (2002) iba
a protagonizar esta entrega?
Entre las pocas fallas que podemos encontrar en El
Hombre de Acero, está la inclusión de algunos personajes e historias alternas en
el guion que se sienten un tanto de sobra. Otro de sus puntos negativos es el mal
uso del 3D, formato que no aporta nada al contenido de la película y que esperábamos
algo mejor viniendo de un director caracterizado por su estilo visual.
Ahora,
lo que todos querrán saber… ¿es mejor que las recientes películas de Batman? No
lo sé, pues aunque no dejan de ser dos caras de la misma moneda, el enfoque de
formación de cada uno en sus respectivas adaptaciones es totalmente diferente.
Es decir, en el Batman de Nolan, Bruce
Wayne se disfraza de murciélago para convertirse en un símbolo y difundir el
mensaje de "cualquiera puede ser Batman", mientras que en El Hombre de Acero sucede al revés, Kal-El se disfraza de Clark Kent para proteger los ideales de esperanza que su padre le designó únicamente a él. A esto sumándole que no podría decir cuál es mejor
porque necesitaría ver dos secuelas más del kryptoniano.
Finalmente, el logro más grande de aquí es haber creado un Superman mesiánico, oscuro, creíble e
inyectado de humanidad, que comete errores y duda de sí mismo al enfrentarse
con su pasado, sus sentimientos y su razón de ser, metafóricamente, para
convertirse en un hombre de acero. Es así como todo se reúne para un solo cuestionamiento y respuesta: ¿Qué pasaría si
soñaras en convertirte en algo más de lo que la sociedad pretende? ¿Qué pasaría
si aspiraras a ser algo más grande? Le darás a la gente de la Tierra un ideal
para que se esfuercen. Correrán detrás tuyo, se tropezaran, se caerán; pero con
el tiempo, se reunirán contigo en el Sol. Con el tiempo, los ayudarás a lograr
cosas maravillosas...
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Título original: Man of Steel
Director: Zack Snyder
Actores: Henry Cavill, Amy
Adams, Russell Crowe, Michael Shannon
Guion: Christopher
Nolan, David S. Goyer
Fotografía: Amir Mokri
Música: Hans Zimmer
Género: Drama, Acción,
Fantasía
Año: 2013
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